Cloud
Computing
La Nube
La inmensa digitalización de los últimos años nos ha llevado a estudiar la Inteligencia Artificial, la desinformación en las redes sociales, el Internet de las Cosas, el 5G y Wi-Fi 6, el e-commerce y la privacidad online. Sin embargo, la computación en la nube ha pasado relativamente desapercibida en este escenario. Esta ausencia no se justifica si atendemos la magnitud y omnipresencia (invisible) del negocio, las oportunidades que ofrece y los
riesgos que supone.
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COLUMNA
Bienvenidos a la primera entrega de Amenaza Roboto sobre la Computación en la Nube. En esta columna voy a contarles de qué se trata el Cloud Computing. Cada mes voy a tocar temas como la rivalidad entre EE.UU. y China en la nube, los vínculos de este negocio con el streaming y los videojuegos, la competencia por la infraestructura física de internet, y la computación del borde (edge computing).
Qué es la Nube
De acuerdo con Vincent Mosco, autor del libro To the Cloud, la nube es un "sistema para producir, almacenar, analizar y distribuir datos, información, aplicaciones y servicios para organizaciones y particulares". Se trata principalmente del acceso mediante Internet a aplicaciones y recursos informáticos, como almacenamiento y capacidad de cómputo (potencia). Distintos proveedores de nube permiten acceder fácilmente a estos recursos, y cobran solamente por el tiempo y cantidad de uso. Los centros de datos y empresas como AWS (de Amazon), Azure (de Microsoft), y Google Cloud son las piezas clave de este mercado.
Por qué debería importarnos
Si quieren saber sobre el potencial de Internet para una empresa, o qué está detrás de cada uno de los desafíos e innovaciones recientes de Internet, la nube es la respuesta. Si le quitáramos la nube a Internet, quedarían solo un montón de cables, marcas, protocolos y dispositivos vacíos. La verdadera magia está en procesar y orquestar la información que fluye por la red. Nos estamos perdiendo esta magia por fijarnos solamente en cada producto y servicio individual que consumimos mediante Internet. La mayoría de las empresas digitales que conocemos utilizan la nube, pero no nos ofrecen ni nos cuentan sobre sus beneficios. La nube es infraestructura, y la infraestructura es al mismo tiempo vital y (casi) invisible a nuestros ojos. El crecimiento acelerado de esta infraestructura hace impermisible obviar sus vínculos con tecnologías como el 5G, el Internet de las Cosas o el e-commerce, y supone nuevos problemas para pensar la privacidad online, el rol del gobierno y la ciberseguridad.
Por Joaquín Maquieira Alonzo
Amenaza Roboto, 04.05.21

¿Tienen mail? Cada uno de sus mensajes se almacena en servidores de Google, Microsoft, o del proveedor de su empresa. ¿Usan Twitter? Amazon Web Services (AWS) le brinda almacenamiento, capacidad de cómputo y entrega de contenidos a la empresa de Jack Dorsey, mientras que Google Cloud le ofrece sus herramientas de análisis de datos. ¿Miran Netflix? AWS se asegura de que cada serie y película esté alojada lo más cerca posible de los clientes, reduciendo la latencia y aumentando la seguridad de los contenidos. ¿Navegan por la web? AWS y Google Cloud almacenan más del 30% de los principales mil sitios web, mientras que su competidor GoDaddy no alcanza el 1%. ¿Hacen compras online? Mercado Libre es cliente de Amazon y utiliza varios servicios de AWS para almacenar y analizar datos con el objetivo de mejorar la experiencia del usuario.

Si bien lo anterior es cierto, la nube se trata de mucho más que proveer almacenamiento de datos, ya sean mensajes, películas o páginas web. Con la nube, varias empresas rentan capacidad de cómputo en la forma de Infrastructure as a Service (IaaS). Es decir, en vez de comprar varias computadoras potentes y mantenerlas actualizadas y seguras en las oficinas de la empresa (on premise), pagan solamente por la cantidad y tiempo de uso de servidores en un centro de datos. Es la economía de escala llevada al consumo de computadoras.

Esto es especialmente relevante para empresas cuyo flujo de clientes varía bruscamente durante un año. Por ejemplo, una juguetería seguramente precise mayor capacidad de cómputo en vísperas de navidad que en el resto del año. Tener computadoras potentes todo el año solo para poder responder en diciembre sería un despilfarro. La nube permite atender la elasticidad de esta demanda y ahorrar costos, sin la necesidad de poseer expertos en IT dentro de tu equipo de trabajo.
¿Navegan por la web? AWS y Google Cloud almacenan más del 30% de los principales mil sitios web, mientras que su competidor GoDaddy no alcanza el 1%.
La seguridad y la actualización automática son otros de sus fuertes. Existen empresas locales o partners de las grandes proveedoras que pueden asesorarte sobre qué paquete de seguridad se adapta mejor a tu empresa, pero los servicios en definitiva están a cargo de AWS, Azure o Google Cloud. Al fin y al cabo, estas empresas tienen que brindar la confianza necesaria para que decidas entregarles tus datos. IBM y Cisco han desarrollado nuevas capacidades en ciberseguridad y ofrecen servicios específicos para cada industria. Sin embargo, por más que los proveedores sean seguros, muchas veces las filtraciones de datos en la nube se dan por malas configuraciones en las restricciones de acceso a datos y programas, lo cual suele estar a cargo del cliente, y no de la empresa de cloud. Imaginen que su información bancaria es hackeada o que su historia clínica digital se hace pública: lo que está en juego no es menor.
Fuente: Statista en base a Synergy Research Group. Se incluye datos de Infraestructura como Servicio, Plataforma como Servicios y Nubes privadas.
Más allá de la complejidad de la ciberseguridad y la diversidad de actores involucrados en cada sector, podemos diferenciar la nube pública de la nube privada. Lo que las diferencia es el grado de aislamiento de los servidores que alquilas con el resto de los servidores en el data center. Por ejemplo, si quiero brindar mayor seguridad o debo cumplir con regulaciones en el manejo de datos sensibles (como información bancaria o de salud), puedo arrendar espacio en un data center y colocar allí mis servidores. La empresa de 'colocation' se encarga, entre otros servicios, de la seguridad física del lugar (empresas como Switch contratan militares retirados) y del abastecimiento de energía (el consumo energético es la principal referencia para determinar los precios de arrendamiento).

Un grado menor de aislamiento sería alquilar un servidor que se encuentre en un espacio compartido con otros clientes en uno o varios centros de datos. Menor aun es el grado de aislamiento cuando alquilamos máquinas virtuales, ya que se trata muchas veces de un servidor siendo utilizado por varios clientes. En el extremo de mayor aislamiento ante otros clientes (lo cual podría entenderse como mayor seguridad, pero no necesariamente es así) tenemos la nube privada, mientras que en el otro extremo encontramos la nube pública. La nube híbrida no es más que el uso de la privada para algunas tareas de la empresa, y la pública para otras. Cuando elegimos a distintos proveedores para distintas tareas nos referimos a Multicloud.
(Ascenty - Data Center Jundiai)
Quizás se quedaron pensando qué es un servidor virtual. Imaginen que en su PC o Mac dan clic en 'crear otro escritorio'. Una máquina virtual sería ese escritorio, al cual le podés hacer creer que tiene la mitad, por ejemplo, de capacidad de procesamiento y almacenamiento que la computadora real. La máquina virtual solo tiene acceso y conoce los recursos que le asignes de la máquina real en la que se aloja. Esto sirve para compartir infraestructura entre clientes o para distintas tareas: varios clientes pueden compartir un servidor sin enterarse de lo que hacen o quiénes son sus 'vecinos', o un mismo cliente puede llevar a cabo distintos procesos de manera independiente.
La nube tiene aun más para ofrecer, porque hasta el momento solo hemos hablado de IaaS. Existe también Platform as a Service (PaaS) y Software as a Service (SaaS). PaaS es el ofrecimiento mediante internet de una plataforma para crear software. Supongan que su empresa necesita automatizar un proceso o crear una aplicación no disponible en el mercado. En ese caso existen empresas como la uruguaya GeneXus, que brinda las herramientas virtuales y la asesoría para crear tu software específico. Por ejemplo, GeneXus y Geocom (también uruguaya) ayudaron a ANCAP a desarrollar e implementar un sistema de facturación digital para administrar los pagos a proveedores desde servidores y dispositivos móviles.

Como Software as a Service se incluyen las apps que usamos como consumidores finales, y también servicios como Dropbox o Mailchimp. Podemos visualizar la idea de nube si recordamos cuando comprábamos el CD de Microsoft Office para instalarlo en nuestras computadoras. Hoy en día también instalamos el programa en nuestra PC para utilizarlo offline, pero tenemos la opción de escribir en Word a través de nuestro navegador sin descargar nada. En vez de acceder al programa en nuestra computadora, accedemos al que está en las computadoras de Microsoft a unos kilómetros de distancia. Cuando hacemos clic en cada letra, la señal no va hasta los chips de nuestra laptop y luego a la pantalla, sino que viaja por internet hasta un servidor de Microsoft y luego llega a nuestra pantalla. Puesto que esa señal viaja a una velocidad cercana a la de la luz, casi no notamos la demora (latencia).

¿Qué buscan las empresas cuando contratan servicios en la nube? Escalabilidad, seguridad, automatización de procesos, reducción de costos, y asesoría para entender todas las oportunidades que la nube ofrece.
En el consumo de SaaS a nivel de empresas se destacan los programas de CRM (Customer Relationships Management) ofrecidos por la estadounidense Salesforce y los de ERP (Enterprise Resource Planning) de la alemana SAP. Si bien esta última no es tan conocida como la sueca Spotify, es una de las empresas tecnológicas europeas de mayor capitalización bursátil (USD 169 mil millones a principios de abril – Spotify no supera los USD 60 mil millones).

¿Qué buscan las empresas cuando contratan servicios en la nube? Al elegir cada uno de los servicios que mencionamos, las empresas buscan escalabilidad, seguridad, automatización de procesos, reducción de costos, y asesoría para entender todas las oportunidades que la nube ofrece (AWS dispone de más de 200 productos distintos). Imaginen que una empresa, grande o pequeña, quiere expandir sus servicios en la región pero no quiere que se saturen sus páginas ni exponerse a ciberataques. A su vez, quiere evitar comprar más ordenadores y ahorrar mediante la automatización de procesos online. Todo esto lo pueden ofrecer las empresas de cloud computing, y mucho más se puede lograr si se consulta una empresa que evalúe las características y potenciales de tu empresa en el nuevo entorno.
Pero los beneficios de la nube no vienen sin riesgos y nuevas problemáticas para la gobernanza de Internet. De esta manera, la ciberseguridad y algunas regulaciones estatales pasan a cobrar especial relevancia en este sector y, por extensión, en todo el ciberespacio.

En la siguiente columna vamos a ver fallos y ataques cibernéticos en la nube que han
paralizado a grandes porciones de Internet, así como normas de "localización de datos" que prohíben la transferencia internacional de datos sensibles. Al mismo tiempo, les daremos un adelanto sobre la disputa China-EE.UU. por la nube, y sobre el futuro de este sector en videojuegos y streaming.

Joaquín Maquieira Alonzo es Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad de la República (Uruguay), Diplomado en Gobernanza de Internet por la Universidad de San Andrés, y Magistrando en Relaciones Internacionales por la FLACSO/Argentina. Actualmente es miembro del Grupo de Investigación 'Espacio de RRII e Interdisciplina', de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (UdelaR). Cursó el Programa de Derecho y Tecnología de las Comunicaciones del Centro de Tecnología y Sociedad de la Universidad de San Andrés y participó de las VII Jornadas Académicas en Relaciones Internacionales de la Universidad de la República. Sus principales líneas de investigación se vinculan a la Gobernanza de Internet, la rivalidad entre Estados Unidos y China, y la infraestructura digital, con una perspectiva desde la Economía Política Internacional.

Joaquín Maquieira
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